Hoy 25 de enero es la festividad de San Francisco de Sales, conocido por su amabilidad y por ser patrón de los escritores y periodistas. Y aunque alguno, pueda apreciar ciertas contradicciones en lo de amable, escritor y periodista, esta mañana pensé en que, a este paso, el patrón se va a quedar sin fieles.
Dejando al margen la fe, creo que San Francisco se encuentra en un grave momento de crisis. Ayer empecé a leer mensajes en Twitter sobre #periodismo #libertad #dignidad profesional; sin embargo, el santo sólo apareció en una felicitación adelantada de un querido catedrático que me sonó más a pésame que a alegría. Los datos de despido de periodistas son alarmantes, dolorosos y dramáticos. Las caídas de ventas de prensa diaria duelen en el alma y parece que la tendencia aumenta, desdeñando las vocaciones y el buen oficio. Pienso en muchos y excelentes profesionales que, a pesar de sacrificar tiempo y vida, han acabado hastiados y buscando cobijo laboral en otras artes muy distintas.
Así es que Patrón, sepa usted, que de obrar milagro, no tarde mucho y que si el caso es dejarnos morir, avise para que suspendamos las vocaciones y les pongamos nombre en inglés. No se moleste, San Francisco, es sólo para poder comer y, si me apura, vivir.
Afortunadamente, hace años, creí a mi maestra Maria Rosa y cambié el Periodismo por la Comunicación, que, según tengo entendido, aún no tiene santo y la fe la puedes poner exclusivamente en lo que haces.
Si has leído esto y eres periodista, recuerda a Gandalf y su frase: “Corred insensatos”. Feliz día.