Ser inventor tiene que ser algo así como vivir dentro de una coctelera de frutas y ordenarlas para que salgan por una pajita. Escuchar a Santiago Ambiten ULab, me permitió reconciliarme con mi lado inconformista. También con el McGiver que llevo dentro, como me dijo una vez una amiga, aunque yo prefiero llamarlo mi yo Ikea.
Qué se note que he estudiado Marketing, ¿no? Para inventor, de momento, no hay estudios reglados.
La historia y experiencia de Santiago, contada por él mismo, me dejaron muchas sensaciones buenas. Con todos mis respetos, mejor que algunas sesiones de coaching que me han contando. Al final, en esto del ecosistema emprendedor, motivar es casi tan importante como inspirar.
Viniendo de la E.G.B y de una profesión canalla, este inventor ilicitano me dio calidez con su relato. Contó toda una trayectoria: No es una startup-boy; sino una persona que centró todos sus esfuerzos y su talento en vivir la aventura de inventar. Las consecuencias, estoy convencida de que no son sólo, seguir conduciendo el mismo coche desde hace años; sino más bien, aprender a vivir en una incómoda y dura inestabilidad económica y anímica. Sólo la gente con mucho talento y que vive con generosas personas a su alrededor son capaces de lograrlo.
Conseguir llegar a la meta- hoy se llaman “gafas inteligentes” – Weon glasses– es una excepción. No, no sé si volveré a coincidir con este inventor. Creo que no frecuentamos los mismos sitios –vive más allá de “San Grabiel” (guiño alicantino), pero son de esas personas a las que les pediría: ¿Me dejas verte trabajar un día?
Estoy convencida de que vería bajar en orden todas esas frutas de su coctelera llamada cabeza. Quizás no. Aunque como también fue a la E.G.B, quizás, acabemos cantando algo de aquel añorado programa “La Bola de Cristal”.
No lo dijo, pero creo que ese es su enlace con la ciencia. Sí confesó su curiosidad por el campo, por lo que crece de ella. De ahí vino el famoso primer gran invento de su planta habladora. Un tamatgochi made in Vega Baja que le valió todo un billete hacia actual presente. La planta sigue vive.