El campo de trabajo de Albatera es un caso que todavía produce silencios incómodos.
Hace tiempo, justo ahora, casi un año pude hablar con parte de las personas que, desde posturas y cargos muy diferentes, están ayudando a reconstruir un capítulo negro de la historia de la provincia de Alicante. Los silencios incómodos que aún se producen son los que reflejan que algunas heridas no se han cerrado y que queda un camino por recorrer hasta que seamos capaces de asumir que lo acontecido en el campo de concentración de Albatera, hoy San Isidro, requiere mirar hacia lo que tenemos delante y no hacia los lados. Delante está la ciencia y las evidencias y algunos testimonios. Huyamos de las leyendas.
Comparto pues este reportaje publicado en El Confidencial