Marketing ‘mon amour’, el aprendizaje continuo
Estuve en París hace muchos años durante 22 horas frenéticas. Íbamos en coche a una velocidad romana -sólo en Roma se conduce a chento per chento– y vi con cierta fascinación su encanto. Así que me quedé con la expresión de ‘mon amour’ para dar a entender ese estado de admiración, de sorpresa, de no saber explicar y al tiempo querer seguir…