La ciudad de Alicante está en pleno debate sobre organización de terrazas o veladores en sus calles y plazas. La crisis -porque como dirían los chinos es una oportunidad- para que los alicantinos (loralicantinos) seamos capaces de contar con calles animadas, de esas que el cuerpo te invita a ir, de las que puedes disfrutar, de las que molestan, pero también dejan vivir; en definitiva, de esas calles que dibujan estampas mediterráneas.
El problema es que los alicantinos nos movemos como devoradores. Primero (perdón por los años) fue la calle San Fernando, luego el Barrio o Casco Antiguo, más tarde el puerto y ahora Castaños hasta Plaza San Gabriel. Nos gusta salir cual marabunta, al calorcito de la multitud, por eso de que el roce hace el cariño. Da igual que sea invierno que verano.
Así, todos andan locos buscando solución. Las hormigas iremos buscando nuevos sitios. Lo interesante sería aprovechar la crisis para que esa zona se quede de lujo, con sus terrazas, con sus horarios, con su vida, con sus vecinos, con opciones.