En las dos últimas semanas, las redes se han llenado de ‘refritos’ de verano.Hablamos de esos temas informativos y opiniones que, gracias al tiempo y a la falta de fuentes, se ven desde otra perspectiva y vuelven a ser noticia.
Los refritos son las segundas oportunidades para una actualidad que viene del pasado o simplemente un relleno atractivo a los huecos de este tiempo, donde casi todo el mundo parece desconectado o a medio gas.
Fuera del hilo de la actualidad, abordo la lectura nocturna de las redes, especialmente Twitter, con una calma encantadora. La sorpresa es que la mitad de los contenidos hacen referencia a artículos ya publicados hace tiempo que ahora se acompañan de un nuevo gancho informativo. ¿No sería mejor no publicar? ¿Tan malo es reconocer que tenemos capacidad para desconectar? ¿Tan ávidos de lectura están los seguidores?
Sinceramente, creo que desconectarse es un tiempo obligatorio al año, al mes, a la semana o al día. Adoro mis dosis de silencio, porque me obligan a confirmar que no hay ruido de fondo. Es como comprobar que no hay hueco para los refritos mentales.
Esta afirmación no incluye ni las segundas oportunidades, ni las segundas lecturas. El verano, a veces, pienso que se inventó para darle un empujón a ese libro que no terminaste de leer o para publicar aquella noticia que no te dio tiempo a escribir. La actualidad tiene otro ritmo.
Los refritos forman parte de esas reflexiones y de esa suma de datos que, en otras temporadas, no hay tiempo de hacer. La vista atrás se echa en Navidad, pero las vacaciones es para mirar de reojo, para leer de reojo y para contar lo que nos queda por delante.
Hablaba hace poco con una compañera sobre los éxitos de los refritos de verano. Ella acababa de vivir uno. Los disfrutas con la misma intensidad que una noticia exclusiva que te encuentras por azar. La que no es fruto del curro intenso, de la insistencia, de la intuición criada por la experiencia.
Lo bueno y lo que más disfruto de mis queridos refritos es que no suenan a … Las 7 claves que debes saber para disfrutar del verano… Más bien suenan a … qué pasa si junto esto con lo otro y le añado este dato. Le añado un toque creativo y le pongo un enfoque distinto.
Perdón por la maldad, pero es que los refritos pueden ser poco aconsejables para la salud y tan deliciosos como los calamares que se ponen en los bocadillos de Madrid. Leamos.
Y termino con una de las frases que me han encantado de El Libro de Gloria Fuertes: “A veces miento por no hacer daño, o por contar una verdad, porque hay muchas verdades que sólo se pueden contar mintiendo, porque son demasiado grandes. Por lo demás, yo no miento nunca. La verdad es como mi teta izquierda: siempre la llevo puesta“.